Liderazgo e innovación

Des de mi punto de vista, la supervivencia de las Administraciones Públicas entendida como oportunidad de continuar al servicio de la ciudadanía ha de contar con la figura del líder-innovador para poder afrontarla.

Entiendo como líder aquella figura que como tal, debe saber empoderar, colaborar y servir a su organización y con sus equipos de trabajo y, también aquella figura líder que además es innovador, lo que implica que dispone de cualidades únicas: asociación, observación, “networking” y experimentación. 

Este tándem líder-innovador, hace que piense diferente y actúe diferente para ser idóneo en la promoción de la innovación ya que a diferencia de los líderes tradicionales, a la hora de manejar el riesgo, demuestran curiosidad, lideran con entusiasmo, aprovechan las  oportunidades y tienen una visión estratégica de planificación y organización. 

Pienso que basar el liderazgo-innovador en la inteligencia emocional promueve la  innovación a través de una cultura de innovación y una dirección estratégica que guía a una organización y sus miembros al objetivo de innovar. Además para promover la innovación será necesario contar con una estrategia de innovación.

El líder innovador no solo desarrollará sus propias habilidades y motivará al personal de su organización,también es el encargado de impulsar una estrategia de innovación donde deberá crear una estructura a partir de un propósito que justifique la razón de mejora en la Administración y fomente una cultura donde la innovación sea la tendencia natural de la organización.

No es necesario abarcar grandes ideas para poder innovar, sino que aquellas pequeñas ideas también pueden constituir una forma de innovación que aporte valor a la organización que actúa comprometida desde arriba formando parte activa en la misma.

Os invito a la siguiente reflexión cómo conclusión: creo que motivar a tu equipo hacia la innovación es la clave de un buen líder para alcanzar los objetivos de la organización. ¿No creéis?